Con el paso de los años se ha descubierto que el cannabis tiene una serie de beneficios asociados e incluso se están creando fármacos o productos, como los derivados del CBD, a partir de esta planta. Esto te puede llevar a pensar que su consumo solo puede reportar beneficios para la persona, pero lo cierto es que aún está en tela de juicio si también lleva asociados características negativas como es el desarrollo de una adicción. ¿Es el cannabis adictivo? ¿Sus riesgos superan sus beneficios?
¿Qué es una adicción?
Empecemos por lo más básico antes de responder a la pregunta de si el cannabis es adictivo o no lo es. Las adicciones se pueden definir como un hábito del que no se puede prescindir o resulta complicado hacerlo por razones de dependencia. Esta dependencia es la necesidad de consumir una sustancia sin importar el coste personal, económico e incluso social por dedicar todo tu tiempo al consumo y a la forma de llevarlo a cabo. En otras palabras, estaríamos hablando de que una persona ha desarrollado una adicción cuando su vida gira en torno a una sustancia y su tiempo, dinero y medios van encaminados a obtenerla y a consumirla.
Además, en las adicciones podríamos hablar de otros términos como la tolerancia, pues a medida que trascurre el tiempo en el que consumes necesitas una mayor cantidad de sustancia para alcanzar los efectos deseados. Una tolerancia muy alta a una determinada sustancia suele implicar un tiempo de consumo prolongado y esto podría estar asociado a un problema de adicción.
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¿Es el cannabis adictivo?
Si este tema se sigue debatiendo es porque la respuesta no está clara del todo. Hay infinidad de estudios que afirman que genera dependencia, pero por regla general y al repasarlos se puede observar que en los que tienen una gran muestra de personas, esta dependencia solo se genera en algunos individuos. Esto es importante porque si repasamos el potencial adictivo de otras sustancias como el opio o la cocaína podemos observar que es mucho mayor. Ello es debido a que afectan de forma diferente al cerebro, pues la cantidad de endorfinas que se segregan con los derivados del opio no es comparable a la que se puede segregar con el cannabis. Las endorfinas son los neurotransmisores que provoca bienestar y reduce el dolor, de ahí su potencial para generar adicción.
Atendiendo a los estudios y a estos resultados un tanto contradictorios, en los que en algunos casos se genera adicción y en otros no, la respuesta a si el cannabis es adictivo es que depende. Para que el cannabis sea adictivo probablemente también se tengan que dar una serie de condiciones o características propias de la persona. El problema es que, al no conocer estas características, no se puede anticipar que determina persona vaya a desarrollar una adicción o no a esta sustancia. Por fortuna, y como ocurre con otras sustancias, existen derivados de esta planta en los que sí se ha probado su seguridad y que no generan dependencia, como en los aceites o las flores de CBD. En este caso, al eliminar el THC, no se experimenta la parte psicoactiva más relacionada con el consumo recreacional o lúdico, pero sí sus beneficios como el control de la ansiedad o la mejora de la calidad del sueño.
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